¿Tu humor puede afectar de alguna forma tu salud?
- Carolina Bustillos
- 8 sept 2019
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 14 oct 2019
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Abstracto
Para identificar la vinculación del debilitamiento del sistema inmunitario con el estrés y la depresión, es importante establecer un conocimiento general de cada uno de estos.
El sistema inmunológico es aquel mecanismo que protege nuestro organismo de partículas nocivas exteriores. La manera en que nuestro sistema inmunológico nos protege de patógenos (microorganismos que causan enfermedades) es mediante tres líneas de defensa. Las dos primeras líneas de defensa son inespecíficas, es decir, evitan que CUALQUIER patógeno invada nuestro cuerpo. Por el otro lado, la tercera línea de defensa es específica, que significa que atacan directamente al tipo de célula de la que está compuesta el patógeno. La primera línea de defensa, compuesta de nuestra piel, nuestras membranas mucosas, el ácido clorhídrico de nuestro estómago, y los pelos de nuestras áreas nasales y auditivas, se encarga de evitar que los microbios entren en nuestro cuerpo. La segunda línea de defensa consiste de los fagocitos, las respuestas de fiebre e inflamación (Bioninja, sf). La fiebre y la inflamación provocan que el ambiente para el patógeno sea menos tolerable mientras que los fagocitos son un tipo de células en nuestra sangre que están encargadas de neutralizar cualquier patógeno que esté presente en nuestro organismo. Si este patógeno no pudo ser contenido con ninguna de nuestras dos primera líneas de defensa, entonces aparecerá los linfocitos, que forman parte de nuestra tercera línea de defensa. Los linfocitos son aquellos que producen una proteína, denominada anticuerpo, para combatir y matar a ese específico patógeno. Así es como nuestro sistema inmunólogo se encarga de eliminar bacterias y virus de nuestro cuerpo.
El estrés es “la tensión o presión nerviosa” y puede suceder por varias razones según Hormone Health Network (2010, párr. 1), donde establecen tres tipos de estrés: el físico, el emocional, y el psicológico. La reacción biológica que ocurre en el cuerpo cuando uno sufre estrés a corto plazo es la liberación de cortisol y adrenalina. Lo que produce esto es que el cuerpo esté preparado para reaccionar a la situación externa de amenaza. Es por esto que algunos síntomas del estrés sean el nerviosismo o la ansiedad.
La depresión puede darse por los químicos en nuestro cerebro y por la liberación de hormonas en nuestro organismo (Mayo Clinic, 2018, párr. 8). Comenzando por los químicos en nuestro cerebro, vamos a enfatizar en la serotonina. Esta es un neurotransmisor que se encarga de regular: el apetito, la actividad motora, la temperatura, la lujuria, la ansiedad, angustia, o temor. Además, es una substancia encargada de la regulación emocional, por lo que se la considera como el químico de la alegría en honor a que su alta concentración provoca un sentimiento de satisfacción y bienestar (Sanitas, sf, párr. 1 y 2). Ahora dirigiéndose a la liberación de hormonas, recalquemos en el cortisol, aquella substancia liberada de las glándulas suprarrenales que está encargada de ocasionar nerviosismo. En trastornos depresivos, se ha podido identificar niveles altos de cortisol.
El estrés y la depresión pueden afectar tu salud
Según un artículo publicado por BBC Mundo (2017, párr. 17), la depresión puede darse por la falta de serotonina. Unos de los síntomas básicos de la depresión son: insomnio, falta de energía, desinterés en actividades cotidianas y en relaciones sexuales, perdida o aumento de peso, ansiedad, sensaciones de muerte, culpa y soledad (Mayo Clinic, 2018, párr. 3). Podemos ver que es lo contrario a los efectos que tiene los niveles equilibrados de serotonina en el cuerpo. Solo con algunos de estos síntomas uno ya puede perjudicar al sistema inmunológico y también al sistema nervioso. Por ejemplo, si uno no duerme las horas suficientes que su organismo le pide, su sistema nervioso empezara a tensionarse y desgastarse. La mala alimentación, por otro lado, ocasiona que el organismo no absorba los nutrientes necesarios, lo que perjudicará al sistema inmunológico, ya que este necesita energía para constantemente regenerar células.
Según Hormone Health Network (2010, párr. 4) el estrés a corto plazo puede ser muy beneficioso para el cuerpo, ya que esa sensación de alerta que se ocasiona en situaciones alarmantes agudiza bastante los sentidos y percepciones en nuestro cuerpo. Pero, el estrés crónico es todo lo contrario a beneficioso. Su presencia constante en el organismo es muy dañina y puede perjudicar al sistema nervioso como al sistema inmunológico. La liberación constante de adrenalina y cortisol y sus altas concentraciones en la sangre es perjudicial de la manera que desgasta demasiado al cuerpo y no le da tiempo de recuperarse. Esto puede llegar a debilitar su sistema inmunológico porque el organismo no tendrá la glucosa suficiente para procesar y usar como energía. Si se debilita su sistema inmunológico va a ser mucho más propenso a contraer enfermedades, como diferentes tipos de bacterias o virus. Incluso, el estrés puede inhibir la absorción de minerales en el cuerpo, como el calcio, el hierro, y el magnesio, produciendo enfermedades como la anemia o la osteoporosis.
Bibliografía
Bioninja (s,f). Lines of defenses. Bioninja. Recuperado el 13 de octubre del 2019 de
The history of vaccines (10 de enero 2018). El Sistema inmunológico humano y las enfermedades infecciosas. The history of vaccines. Extraído de https://www.historyofvaccines.org/es/contenido/articulos/el-sistema-inmunológico-humano-y-las-enfermedades-infecciosas
Sanitas (s,f). La serotonina y las emociones. Sanitas. Recuperado el 13 de octubre del 2019 de https://www.sanitas.es/sanitas/seguros/es/particulares/biblioteca-de-salud/prevencion-salud/serotonina.html
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